La regla de la mayoría es la que establece que para tomar una decisión dentro de un grupo debe adoptarse la opción que cuente con el apoyo de la mayoría de sus miembros. Se utiliza tanto en organizaciones y estados democráticos como no democráticos. La regla de la mayoría no debe ser confundida con la democracia, aunque sea un pliar muy importante de esta.
Se trata de un mecanismo para tomar decisiones en grupo. Por la misma se establece que para saber cuál habrá de ser la decisión grupal o colectiva, se debe verificar cuál es la opinión al respecto de un cierto número de miembros y adoptar aquella opción que cuente con el mayor número de apoyos.
Una vez adoptada la decisión de la mayoría, ésta debe ser respetada por las minorías, por lo que éstas no deben oponerse a la decisión mayoritaria ya que se supone que todos aceptaron el uso de la regla. Esto es así en tanto y en cuanto la decisión mayoritaria haya sido tomada dentro de los límites establecidos para el ejercicio de esa facultad. En muchos casos, esos límites podrían estar referidos precisamente a determinados derechos de las minorías que entonces deberían ser respetados siempre. Por Ej. Derechos Humanos.
La mayor ventaja de la regla de la mayoría es su simplicidad y rapidez. Cuando en un grupo, no existe unanimidad entre los que toman las decisiones sobre el paso a seguir, resolver la cuestión según la regla de la mayoría, garantiza simplicidad y rapidez en la toma de la decisión.
Los inconvenientes de la regla de la mayoría, son los intereses de los miembros que quedan en minoría. Si no existen mecanismos que permitan cierta preservación de esos intereses, la regla de la mayoría podría volverse fácilmente en un arma para obtener ventajas a costa de las minorías o simplemente dañarlas, poniendo en crisis y haciendo insostenible la existencia misma del grupo.
Si bien la regla de la mayoría tiene su principal ventaja en la simplicidad, también tiene en esta característica una de sus principales desventajas. La utilización de la regla tiende a restringir el rol de mecanismos más complejos para alcanzar consensos, como los debates, las negociaciones y los acuerdos, y a potenciar la arbitrariedad y la ausencia de argumentos racionales en la toma de decisiones.