Todos podemos detectar a las personas carismáticas, pero si nos detenemos para preguntarnos qué criterios utilizamos, probablemente tendremos un problema, ya que detectar el carisma es algo parecido a amar, sabemos hacerlo pero resulta difícil ponerlo en palabras.
El carisma personal es una mezcla de habilidades sociales y emocionales complejas. Esta unión tan especial hace que las personas carismáticas puedan influir sobre los demás en un nivel emocional muy profundo, puedan comunicarse de forma eficaz y establecer fuertes conexiones interpersonales.
El profesor Ronald E. Riggio, afirma que sus elementos fundamentales son:
- Expresividad emocional. Las personas carismáticas son capaces de expresar sus sentimientos de manera espontánea y genuina. Esto les permite incidir sobre los estados de ánimo y las emociones de los demás. De hecho, todos conocemos a personas carismáticas que parecen "iluminar toda la habitación" cuando entran.
- Sensibilidad emocional. El carisma está ligado a la habilidad de leer las emociones de los otros. Esta capacidad le permite a las personas carismáticas conectar emocionalmente y responder de forma efectiva ante los sentimientos que percibe.
- Control emocional. Las personas carismáticas tienen la capacidad de controlar y regular sus expresiones emocionales. Ellos no suelen "perder los estribos" y, por lo general, son muy buenos actores cuando el momento lo requiere.
- Expresividad social. Se trata de la habilidad de comunicar de forma verbal y la capacidad de involucrar a los otros en la interacción social. Las personas carismáticas son conversadores expertos y muy entretenidos. Esto implica que nos afecta su expresividad emocional pero que también nos dejamos convencer por sus argumentos.
- Sensibilidad social. Esta es la habilidad para leer e interpretar las situaciones sociales, ser capaz de escuchar a los demás, y estar "en sintonía" con ellos. Las personas carismáticas son discretas y sensibles con su entorno.
- Control social. El carisma versa fundamentalmente, sobre la habilidad de desenvolverse con soltura y simpatía en los diferentes ambientes sociales. Esto les permite encajar con todo tipo de personas.
No obstante, más allá de estas características, lo más importante es que las personas carismáticas saben dosificar estas habilidades ya que cualquiera de ellas en exceso pueden ejercer el efecto contrario (basta pensar en Robin Williams o Jim Carrey, dos personas simpáticas pero no carismáticas ya que su expresión emocional rebasa los límites de lo socialmente aceptable).