Si nos referimos a lo estrictamente semántico o gramatical, el futuro es un adjetivo que hace referencia a aquello que está por venir, ... que existirá o sucederá en un tiempo posterior al presente..., por lo que en una hipotética linea de tiempo, el pasado (lo que ya sucedió) se encuentra detrás del presente (lo que está sucediendo), mientras que el futuro aparece por delante (todavía no ha sucedido).
El futuro, por lo tanto es una conjetura que puede ser calculada, especulada o teorizada en menor o mayor medida, de acuerdo a los datos que se tienen en un momento concreto. Por ejemplo: las condiciones meteorológicas nos permitirán pronosticar que, en las próximas se podrían producir precipitaciones. Sin embargo, el futuro nunca podrá ser pronosticado o asegurado con exactitud.
El hombre siempre (o casi) se interesó en conocer el futuro. La astrología es una disciplina que se dedica al estudio de los astros para realizar predicciones. La ciencia, en cambio, utiliza métodos probabilisticos para estimar que podrá ocurrir en el futuro.
Algunas religiones se fundamentaron en la figura de profetas que aseguraron poder ver el futuro.
Ciertas corrientes filosóficas, por su parte, consideran que el futuro (y el pasado) no existen ya que son irreales. Este tipo de filosofías considera que lo único que existe es el presente.
Hasta que punto llega la pasión y la curiosidad que el hombre siente por el futuro, que ha mostrado su inquietante deseo en diversos ámbitos artísticos como por ejemplo el cine, el teatro o la pintura. Así por ejemplo, en el séptimo arte, se podría destacar a "Volver al Futuro", una saga que brilló en los años 80 y 90, que se convirtió en clásico.
Por último, para la economía, un futuro es un valor cuya entrega es acordada para después de un cierto plazo, aunque con un precio fijado con anterioridad.
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