Historia de los diarios en Argentina

La Conquista y la Colonia 

A comienzos del siglo XVIII la Compañía de Jesús introdujo la imprenta en Argentina, con el propósito de poner libros de catecismo al alcance indígena. En 1758 instaló una en Córdoba, la que luego de la expulsión de la orden fue trasladada a Buenos Aires por orden del Virrey Vértiz, recibiendo el nombre de Real Imprenta de Niños Expósitos. De sus talleres saldrían en 1871 las noticias recibidas de Europa por el Correo de España y el Extracto de las noticias recibidas de España.

En 1801 se editó el Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata por obra de Antonio Cabello y Mesa, publicación en la que se destacaron Manuel Belgrano, Juan José Castelli y Domingo de Azcuénaga, entre otros. En 1802 fue clausurado por la censura, habiendo alcanzado su colección los 110 números y 4 suplementos. 
Poco después salía a la luz desde la misma imprenta el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio por obra de Juan H. Vieytes, que dejó de aparecer a causa de la invasión a Montevideo, donde los ingleses editaron durante su permanencia The Southern Star (La Estrella del Sur) en edición bilingüe. 
En 1809 el Virrey Cisneros impulsó la edición de la Gaceta de Gobierno, que alcanzó los cincuenta números. A comienzos del año siguiente, Manuel Belgrano emprendió la publicación semanal del Correo de Comercio, propiciando el libre desarrollo comercial e industrial. 

La Revolución de Mayo 
El 7 de junio de 1810 Mariano Moreno fundó La Gaceta de Buenos Aires, piedra fundamental del periodismo de nuestra etapa independiente. En reconocimiento a su figura, en esa fecha se celebra en nuestro país el Día del Periodista. Durante su vida la publicación congregó a figuras notables como Manuel Belgrano, Julián Álvarez y Manuel Antonio Castro, entre otros. 
En los años siguientes la actividad periodística se fortaleció. Aparecieron Mártir o Libre de Bernardo de Monteagudo; El Censor y El grito del Sud. Sin embargo, fue El Redactor de la Asamblea, dirigido probablemente por Fray Cayetano Rodríguez, el órgano más representativo de esos años previos a la declaración de la independencia. 

Los Años Posteriores a la Independencia 
A partir de nuestro destino independiente se editan El Redactor del Congreso Nacional, La Crónica Argentina, El Observador Americano y El Independiente del Sud. 
La lucha entre unitarios y federales tuvo su expresión en la prensa escrita. El Despertador, en 1823 surgió La Gaceta Mercantil, que se convertiría luego en férreo defensor de la política de Juan Manuel de Rosas hasta 1852. Allí publicaron sus escritos Rivera Indarte, Pedro de Ángelis o Bernardo de Irigoyen, entre otros. 

La Organización Nacional y el Fin de Siglo 
Una de las publicaciones más importantes de los primeros años de este período: El Nacional, lanzó su primer número en 1852 y se mantuvo hasta 1893, dirigido inicialmente por Dalmacio Vélez Sársfield, albergó en sus páginas escritos de Sarmiento, Alberdi, Bartolomé Mitre y Miguel Cané. Un año más tarde apareció La Tribuna, que dejó de salir en 1884 y tuvo entre sus colaboradores a Adolfo Alsina. 
La ironía del periodismo político de entonces se lucieron en las páginas de Caras y Caretas (1898–1941), dirigida por José S. Álvarez, destacado autor de crónicas costumbristas. 
El primer periódico de extensa trayectoria que se mantiene hasta hoy: La Capital, editado en la ciudad de Rosario, surgió con el objetivo de promover a dicha ciudad como capital de la Argentina. Su primer número data de 1867.
Dos años más tarde José C. Paz funda La Prensa, otro diario de larga permanencia en el país.  El tercero de los periódicos de larga vida en la Argentina que nace por estos años es La Nación. En 1862 había aparecido primero La Nación Argentina bajo la dirección del Dr. José María Gutiérrez, en defensa de la obra de gobierno del Gral. Mitre. En 1870 éste funda La Nación, que junto con La Prensa se convertirá en emblema de la generación del 80 y del liberalismo económico. La primera entrega salió a la calle con mil ejemplares.
En 1876, bajo la responsabilidad de quien fuera su editor inicial: Williams T. Cathcart, apareció The Buenos Aires Herald. Fue el primer periódico en el país que contó con un servicio cablegráfico regular con Europa por intermedio de la Agencia Hayas y con un servicio telegráfico trasandino. 

El siglo XX 
Cambios importantes se registran al comenzar el nuevo siglo: tecnológicos; de política editorial; estéticos y de diseño (empleo de titulares como síntesis de los artículos, fotos testimoniales y deslinde de avisos publicitarios en notables o clasificados). 
En 1905 aparece La Razón, vespertino paradigmático que atravesó todo el siglo y que ha llegado hasta hoy bajo la modalidad de distribución gratuita. Con dos ediciones: la 5ª y la 6ª, dio respuestas a la ansiedad noticiosa que crecía con los años. 
En 1913 nace Crítica de Natalio Botana, que llegó a vender 300 mil ejemplares con  lenguaje sencillo y directo. En 1945 Roberto Noble funda Clarín. En formato tabloide, con logotipo de tapa y titulares de algunas secciones en rojo, incluía deportes y espectáculos. El énfasis en temas locales y la acelerada distribución en los kioscos le permitió ganar lectores a otros medios y convertirse en uno de los diarios de mayor tirada del país.
En 1963 Crónica sale a la luz. Con el advenimiento de la dictadura militar la censura y clausura de medios se convierte en moneda corriente. Paralelamente, crecen diarios dedicados a la información exclusivamente económico– bursátil: El Cronista Comercial, La Gaceta Financiera y en especial Ámbito Financiero, creado por Julio Ramos en 1976. 
Con el regreso de la democracia aparecieron nuevos diarios como Página/12 de Jorge Lanata. Con un estilo descontracturado, con espacios de debate y de investigación periodística. 

Hoy 
Los avances tecnológicos son la nota dominante del presente. Los diarios editan sus ejemplares gráficos en paralelo con sus versiones on line, las que ganan fácilmente adeptos al ofrecer por Internet una actualización permanente de noticias. Al mismo tiempo, se observa un crecimiento de la credibilidad y el prestigio cobrado por los periodistas, devenidos hoy en claros exponentes de representatividad social. 

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