Revelarse.

Cada vez con mayor frecuencia nos cuesta encontrar la salida, esa salida que nos ayude a alcanzar la solución a los problemas que inundan nuestra estancia diaria, pero que sus efectos trasuntan la cotidianidad. Mas allá que esa tan mentada solución pueda estar a la vuelta de la esquina o frente a nuestras propias narices. 

Posiblemente, desde mi punto de vista, una de las causas de esta situación sea la falta de entusiasmo, la poca participación o la incapacidad de revelarnos ante lo que consideramos como ataques continuos hacia nuestra libertad, nuestros sueños y por consonancia nuestra vida y las de los que nos rodean.

La historia muestra a las claras que quienes se enfrentaron a los problemas, construyendo desde sus ideales y experiencias, fueron los que tuvieron la capacidad para encontrar soluciones tangibles y solidas, haciendo frente a crisis descomunales con resoluciones casi quiméricas; San Martín, Urquiza, Rigoberta Menchu, Eleanor Roosevelt, Mandela, Luther King y tantos otros. 

Lo que planteo desde esta reflexión no es solo revelarnos o "hacer lío" como lo expresó el Papa Francisco a los jóvenes en Brasil. De lo que hablo es de construcción. Construir desde nuestros principios, desde nuestros ideales y de allí hacia afuera. Revelarnos contra todo aquel que quiera privarnos de la posibilidad de soñar, de ejercer nuestros derechos, de formar parte de una sociedad equilibrada y de alcanzar nuestros objetivos.

Soñar y construir con los pies en la tierra.

No miremos mas allá, la solución está dentro de cada uno de nosotros. 

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